Bejarfm.com / La empresa gestora de las instalaciones municipales del Centro Turístico Sierra de Béjar, Gecobesa, ha remitido un comunicado en el que sale al paso de las informaciones proporcionadas por la Asociación Ecologistas en Acción de Salamanca respecto a que el “pasado domingo 20 de marzo, se vio una máquina pisapistas en el entorno de El Calvitero, fuera de los límites de la estación. En su interior 6 ó 7 personas que como si de un autobús turístico se tratase hicieron fotografías del hermoso paisaje para volver a su lugar de origen. (fuente: http://bejar.biz/nuevos-duques). Este hecho denota como algunos se consideran dueños del patrimonio de todos” -apuntan desde Ecologistas- “no dudan en usar la montaña como su parque de atracciones particular”.
(Comunicado íntegro de Ecologistas en Acción:http://bejarfm.com/noticias/articulo308-la-declaracion-de-la-sierra-de-bejar-y-candelario-una-necesidad-para-frenar-la-especulacion-en-la-zona/#more-308 ).
Comunicado íntegro de Gecobesa:
GECOBESA, quiere poner de manifiesto su perplejidad ante la catarata de adjetivos descalificantes y torcidas interpretaciones, incluida una denuncia ante el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, que provocó la presencia de la máquina de rescate y evacuación en la cuerda del Calvitero el pasado día 20 de marzo.
Consideramos, ya que nadie se ha preocupado de consultarnos para aclarar cualquier duda al respecto, que es oportuno significar que la presencia de la máquina, en esta como en otras ocasiones, obedecía a la necesidad de prestar un servicio a los montañeros que pudieran encontrarse en dificultades en las cumbres de la Sierra de Béjar. Esta máquina, de igual manera que otros equipamientos de la estación de esquí, está siempre al servicio del GREIM (Grupo de Rescate e Intervención en Montaña) de la Guardia Civil, con los que desde hace años se mantiene una estrecha colaboración que ha permitido llevar a cabo exitosas intervenciones de rescate en las condiciones más duras.
Casualmente aquel día, en el que la necesidad de tener prevista y preparada la previsible intervención de la máquina por la gran afluencia de excursionistas en las cumbres de la Sierra hacía necesaria su evolución en los lugares donde se denunció su presencia, uno de estos excursionistas se extravió y fue necesario movilizar todos nuestros recursos para poder localizarlo sano y salvo, antes de que la situación se pudiera complicar y agravar con la caída de la noche.
Nos llama, por ello, poderosamente la atención que, precisamente algunos de los que deberían agradecer la provisión de los medios que contribuyen a garantizar la seguridad de los montañeros, se expresen manifestando una especie de “santa indignación”, en términos del estilo de “agresión intolerable” o cosas por el estilo. ¿Dirán lo mismo ahora cuando se les aclara que ese “monstruo mecánico” está velando por su integridad física? Que hablen los montañeros y excursionistas a los que hemos ayudado y que de no ser por la utilización de estos medios quizá ahora tendrían muchos motivos para lamentarse.
Esta es una prueba más del atrevimiento de los ignorantes y fanáticos que sólo quieren ver lo que se adapta a sus intereses y que cuando encuentran algo que escapa a su comprensión o conocimiento, simplemente se inventan lo que más les interesa. El problema es que, con su capacidad de hacer ruido muchas veces llegan a confundir a los demás y dar por sentadas falsedades que, como en el caso que nos ocupa, distan mucho de la realidad. Tenemos, como muy bien conoce la opinión pública, un largo historial de denuncias infundadas que han desestimado los tribunales y falsas acusaciones que, a larga, han tenido que ser rectificadas o retiradas.
Pedimos, por tanto, que nos dejen trabajar tranquilos y en paz y, si hay alguien que quiera hacernos alguna observación o considera que tiene motivos para plantear una queja, que se ponga en contacto con nosotros y tendremos mucho gusto en ofrecer cuantas explicaciones sean necesarias y corregir aquello que necesite corrección.
También exigimos que pidan disculpas públicamente todos los que han mentido o se han dejado llevar por la mentira, para difamarnos y poner en duda nuestra honestidad y legalidad. A la espera de que nuestros asesores legales nos precisen hasta que punto podemos actuar judicialmente contra quienes han obrado, muy presumiblemente, de mala fe.
