ESCRITO POR: JESUS CASCON
He querido que pasaran unos días y reflexionar sobre la conveniencia o no, de escribir este E-Mail del director. Nunca en los cuatro años que llevamos informando a los bejaranos, desde este periódico hemos informado acerca de los problemas o no que pudieran haberse dado en torno a nuestra estación de Esquí de la Covatilla. A pesar de que en muchas ocasiones los lectores nos hayan reclamado que diéramos nuestra opinión acerca de este tema, hasta ahora hemos preferido mantenernos al margen. Siempre hemos considerado que todo aquello que contribuya a atraer turismo hasta nuestra ciudad es loable, sobre todo si hablamos de un tema como el de nuestra Estación y los cientos de esquiadores que desde otros lugares se desplazan hasta Béjar para practicar el deporte de la nieve. Si a ello le unimos el esfuerzo que desde el sector privado, supuestamente, se ha venido realizando en torno al desarrollo de nuestra estación está más que justificado nuestro silencio en este tema.
Pero después de recabar datos y acerca de la supuesta inviabilidad de la Estación en caso de que a ésta no lleguen, como no, las ayudas oficiales y con ello el consiguiente perjuicio no ya para los pocos o muchos trabajadores de la Estación sino, y lo que es mas importante, en la medida que puede afectar al desarrollo de nuestra empobrecida economía local; hemos creído conveniente hacer una serie de reflexiones en voz alta y que sean nuestros lectores quienes valoren y saquen sus propias conclusiones sobre este espinoso tema.
Para empezar no estaría mal que comenzásemos por una serie de preguntas acerca de lo que se ha venido diciendo desde la propia empresa acerca algunas cuestiones que podrían afectar al futuro desarrollo de La Covatilla: ¿No es cierto que la temporada pasada fue la segunda mejor de la historia de La Covatilla? ¿No es cierto que hasta la misma se vienen desplazando una media de 4.000 esquiadores (otras veces dicen que 8.000) los fines de semana? ¿No está tan bien la estación? ¿No es cierto que no se deja de proclamar que nuestra Estación es la gran esperanza de esta comarca y quien está en contra es un ignorante de la vida? ¿No era tan rentable la estación para la gestora y la comarca? ¿No era que no se pagaba el canon al Ayuntamiento de Béjar, no porque no hubiera dinero, sino porque ese dinero se reinvertía en la propia estación?
Sin embargo, los datos, o mejor dicho la cruda realidad, nos demuestran todo lo contrario porque no deja de resultar significativo que la segunda mejor temporada de La Covatilla se saldara con el despido del 80% de la plantilla, y ésta, que está siendo la mejor con diferencia, que incluso ha superado las expectativas con cortes de tráfico ante el lleno absoluto durante un fin de semana; justo cuando parece que la estación da sus “frutos”, ahora, resulta que el máximo responsable de Gecobesa amenaza a las instituciones diciendo que, o invierten en la estación, o la cierra el 1 de abril. Entonces, en que quedamos: ¿No será que nos están vendiendo humo con nieve en polvo como ya dijo alguien en su momento?
Llegado a este momento, y que alguien me corrija si estoy equivocado, sería bueno recordar que Gecobesa no invirtió ni un euro en la puesta en marcha de la estación, a excepción de la compra de maquinaria que apenas se utiliza , o el desembolso económico realizado en la adquisición de terrenos próximos a la estación por parte del máximo mandatario de la sociedad. Hay que mirar atrás y ver que nuestra estación se hizo con dinero público, de todos los españolitos, con inversiones millonarias (en euros), y que Gecobesa sólo gestiona. Sólo recoge beneficios sobre algo en lo que no ha invertido ni le ha costado un euro. ¡¡¡Así, más de un bejarano, supongo que se apuntaría al negocio!!! Y lo peor es que, aún no habiendo puesto un euro, su gestión no es rentable.
Esto pone en tela de juicio las formas y maneras de gestión de la estación de esquí llevadas a cabo hasta la fecha para que un negocio sin inversión por parte de la gestora, no sea rentable, no dé beneficios, y más teniendo en cuenta que Gecobesa NUNCA ha pagado el canon fijado al Ayuntamiento de Béjar por explotar la estación de esquí PÚBLICA.
Si no es rentable y no se puede ampliar, no deja de ser una estación de bolsillo incapaz de cumplir todas las expectativas que en ella se pusieron. Quisieron ampliarla para ver si sonaba la flauta, aunque fuera por la vía de hechos consumados, y ahora, después de siete años, se dan cuenta que aquello es un agujero sin fondo. Si la gestión no es rentable, ¿Por qué hay que seguir invirtiendo desde las instancias públicas? ¿Por qué el dinero del bejarano de a pie, tiene que seguir financiando a cuatro bolsillos que se llenan con sueldos inmerecidos? ¿Por qué no se cambia de gestora directamente? ¿Por qué no se ponen auténticos profesionales al frente de la Estación?
Esa estación ya ha sepultado ingentes cantidades de dinero público con la esperanza de levantar algo que estaba muerto desde sus inicios. Dicen desde la dirección de Gecobesa: "Si no nos prometen ayudas, es que consideran que el esquí no vale la pena, y sin apoyos tendremos que cerrar". ¿Esto podría considerarse como un chantaje?
Si se tratara de una partida de “mus” estaríamos ante un “órdago a grandes”, y desde aquí cogeríamos ese órdago, “lo querríamos” y sin duda, con las cartas del Ayuntamiento, nos llevábamos “la vaca”. El farol hay que saber cuándo echarlo y saber cuándo retirarlo.
Ahora llega la gran pregunta: ¿Qué pasaría si Gecobesa cierra la estación?
Y la respuesta, si alguien no me corrige, no seria otra que esta:
Primero: La estación no es de Gecobesa, es PÚBLICA, por tanto cerrarían sus libros de cuentas y poco más. No puede cerrar lo que no es suyo.
Segundo: Gecobesa estaría incumpliendo el contrato y por tanto el Ayuntamiento podría reclamarle todos los cánones pendientes y además daños y perjuicios.
Tercero: Otra empresa más profesional podría hacerse cargo de la gestión de la estación de esquí. Quizás, en ese aspecto, la mejora sería notable. No se perdería nada por intentarlo.
Por tanto… faroles los justos señores, faroles los justos. No sea que alguien acepte el órdago y descubramos todos de qué va el juego…
